Nuestro valioso patrimonio arqueológico está a salvo

Viernes, 09 de Febrero de 2024

Sumario | El cuidado del patrimonio arqueológico en los territorios del país es una prioridad para Enlaza, y su legado es invaluable.

El territorio colombiano ha sido hogar de diferentes grupos humanos desde hace miles de años; y cada población debió utilizar los recursos que tenía a disposición para vivir, dejando profundas huellas en el territorio. Hoy, en pleno siglo XXI, las líneas de transmisión de Enlaza, filial del Grupo Energía Bogotá (GEB), nos permiten recorrer de nuevo algunos caminos del pasado, brindándonos la oportunidad de conectarnos con nuestra historia a través de los hallazgos y la información arqueológica que recuperamos, durante la construcción de nuestras torres y subestaciones en el país.

La investigación arqueológica realizada por Enlaza, como parte integral durante el desarrollo de sus proyectos, evidencia en los últimos años un legado de poblaciones antiguas en los actuales sectores aledaños a sus líneas de transmisión. Pero más allá del objetivo formal de cumplir con la normatividad ambiental y arqueológica del país, la compañía busca implementar medidas para salvaguardar la información sobre las sociedades que vivieron aquí mucho antes que nosotros.

Así, Enlaza reconoce la importancia de proteger, estudiar y comprender las raíces históricas que han influido en la construcción de nuestra identidad colombiana, como nación.

“Todos nuestros proyectos cuentan con programas de Arqueología Preventiva, diseñados específicamente para cada una de las regiones donde se desarrollan, lo cual nos ha permitido recuperar una gran diversidad de elementos culturales de los grupos humanos que vivieron en el pasado en las áreas de influencia de cada proyecto”, afirma Juliana Gómez, coordinadora de Arqueología de Enlaza.

Estos programas reúnen una serie de actividades específicas que se ejecutan a lo largo del desarrollo de nuestros proyectos. Así, antes de iniciar las obras, el equipo de Arqueología de Enlaza realiza la etapa de Prospección Arqueológica. Para esto, recorre las áreas que va a intervenir y mediante pequeñas excavaciones identifica posibles evidencias arqueológicas que pueden yacer en el subsuelo. Con esta información es posible caracterizar arqueológicamente tales áreas y definir medidas de manejo posteriores, como el Monitoreo Arqueológico y el Rescate Arqueológico.

 

 

El rescate arqueológico se realiza antes del inicio de las obras y en las áreas de intervención directa, únicamente en los casos en los que se tienen hallazgos durante la prospección. En estos casos, se adelanta un análisis detallado para determinar si el área presenta un alto potencial arqueológico y se analizan las características de los elementos encontrados. Luego, se determinan las áreas que deben ser excavadas, con el propósito de recuperar la totalidad de bienes e información arqueológica disponibles y prevenir su afectación.

Otra medida de manejo establecida es el monitoreo arqueológico, actividad que se realiza durante las excavaciones requeridas para la construcción de las torres de energía eléctrica y demás obras asociadas, con el fin de prevenir posibles impactos en bienes y contextos arqueológicos que se puedan hallar durante la actividad.

“Y finalmente, analizamos todos los materiales, recuperamos toda la información y generamos un análisis de qué tipo de elementos consideramos que pudimos haber encontrado, para hacer el informe de actividades que debemos presentar al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH); pero, además, para dejar ese legado en cada región donde hacemos presencia con nuestros valiosos hallazgos arqueológicos, en sus museos, colegios o centros administrativos adecuados para ello”, anota Juliana Gómez, de Enlaza.

A través de los hallazgos obtenidos, los especialistas han podido interpretar desde aspectos cotidianos de la vida de los grupos humanos que habitaron los territorios en el pasado, como la cocina y la alimentación, hasta las formas como estos grupos se adaptaron a distintos entornos, y las estructuras sociales, políticas y económicas que construyeron, así como las relaciones que entablaban con las sociedades vecinas.

“Esto nos permite entender mejor nuestros orígenes y el proceso de transformación de nuestra sociedad y representa un importante aporte para el conocimiento del pasado local y regional”, agrega Juliana Gómez, coordinadora de Arqueología de Enlaza.

 

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Para la filial de transmisión de energía eléctrica del GEB, proteger nuestros recursos naturales, lugares turísticos y elementos históricos y culturales es un compromiso tanto con el país, como con las comunidades locales, que se encuentran en el área de influencia de sus proyectos.

Por esto, el equipo de Arqueología de Enlaza no solo se enfoca en explorar las diversas zonas del país donde la empresa hace presencia sino, además, en desarrollar estrategias de sensibilización sobre la importancia de proteger el patrimonio arqueológico y de adelantar actividades de divulgación de resultados relacionados con el tema.

Este se ha convertido, de hecho, en un mecanismo de relacionamiento con las comunidades, esencial para que puedan comprender cómo vivían otras personas en sus mismos territorios; afianzando igualmente los lazos con su pasado y fomentando una conciencia de protección patrimonial y de respeto por la historia, que marcará positivamente sus destinos.