Embalse Tominé, un tesoro de agua y energía
Viernes, 09 de Agosto de 2024
En el corazón de la región central de Colombia, el embalse Tominé emerge como un pilar para la infraestructura energética e hídrica del centro del país. Propiedad del Grupo Energía Bogotá (GEB), este embalse no solo sostiene predios e infraestructura vital para la retención, descarga y bombeo de agua, sino que también cuenta con la gestión técnica y ambiental a cargo de Enlaza del GEB, bajo un contrato establecido en 2023.
De esta manera, garantiza no solo la operación eficiente del embalse, sino también su papel crítico en la generación de energía indirecta, el abastecimiento de agua y la regulación hídrica en la región.
El embalse Tominé es un recurso multipropósito de vital importancia para la gestión hídrica y energética del país. Con una enorme capacidad útil de 689 millones de metros cúbicos, este embalse despliega su utilidad en diversas áreas críticas, desde la generación energética hasta el abastecimiento de agua y la regulación hídrica.
Una de las funciones principales del embalse Tominé es su papel crucial en la generación de energía. Con la capacidad para producir hasta 3.224 GWh de electricidad, equivalente al consumo nacional de 16 días, Tominé colabora activamente con el enfriamiento de las unidades Termozipa y el aporte al río Bogotá para la generación hidráulica en las centrales Paraíso y Guaca, asegurando un suministro constante y confiable de energía para la región.
Además, el embalse es esencial para el abastecimiento de agua, en conjunto con los embalses del Sisga y Neusa, alimentando la planta de Tibitoc. Esta función asegura el suministro continuo de agua potable para gran parte de Bogotá y sus alrededores, manteniendo la estabilidad y calidad del suministro, incluso en épocas de sequía.
El embalse cumple una función crítica en la regulación hídrica, mitigando tanto las inundaciones en la sabana de Bogotá durante la temporada de lluvias, como la escasez de agua en períodos secos. Esta gestión se realiza a través del Comité Hidrológico del río Bogotá, donde participan entidades clave como la CAR, que lo preside; la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá; Enel Colombia, y Grupo Energía Bogotá. Esta coordinación garantiza que las decisiones sobre el uso del agua sean óptimas y sostenibles para todos los sectores involucrados.
Además, debido a su tamaño y ubicación, el embalse está sujeto a estrictas regulaciones ambientales, supervisadas por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla). A través de un riguroso Plan de Manejo Ambiental iniciado en 2008, se asegura que el embalse opere dentro de los límites ambientales adecuados, promoviendo así un ecosistema sostenible y resiliente a largo plazo.
Para asegurar su confiabilidad y sostenibilidad, la infraestructura del embalse Tominé ha sido objeto de un programa continuo de modernización financiado por Enel y el Grupo Energía Bogotá. Este esfuerzo incluye la renovación de equipos críticos, como las unidades de bombeo y los sistemas auxiliares, así como la implementación de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia operativa y reducir riesgos.
La gestión de mantenimiento, basada en estándares internacionales como la norma ISO 55001 y la metodología RCM, asegura que las tareas de mantenimiento preventivo y predictivo sean prioritarias y efectivas. Esto incluye inspecciones regulares de seguridad de la presa y la instrumentación geotécnica e hidráulica, que permiten monitorear de cerca cualquier cambio en las condiciones estructurales del embalse.
Actualmente, el embalse se encuentra en la fase final de un ambicioso proyecto de rehabilitación de enrocado en la zona más crítica, que se espera completar a finales de 2024. Esta iniciativa, junto con las continuas mejoras en la gestión ambiental y operativa, asegura que Tominé continúe desempeñando un papel fundamental en el desarrollo sostenible y la seguridad energética de Colombia en las décadas venideras.
En resumen, el embalse Tominé no solo representa una infraestructura crucial para la generación de energía y el abastecimiento de agua en la región central, sino también un ejemplo de cómo la gestión efectiva y la modernización continua pueden garantizar la sostenibilidad y la confiabilidad de los recursos hídricos a largo plazo.