Tecnología de punta para una buena energía

Miercoles, 10 de Noviembre de 2021

La Dirección de Operación y Mantenimiento, de Transmisión del GEB, ha implementado en los últimos años la más moderna tecnología para el monitoreo de redes eléctricas, el funcionamiento de las subestaciones y todos sus activos con el fin de garantizar un servicio de energía de calidad.

Muchos colombianos todavía se acuerdan de los cortes imprevistos de luz que afectaban los electrodomésticos, fundían las bombillas y dejaban en penumbras las calles y hogares. Pero gracias a un sector eléctrico más robusto, a empresas más competitivas y a tecnologías de punta, la calidad y confiabilidad en la prestación del servicio ha mejorado notablemente. 

Transmisión, del Grupo Energía Bogotá (GEB), está implementado tecnologías de última generación, que le han permitido modernizar las subestaciones, tener mayor vigilancia de las torres de energía y hacer un monitoreo permanente de todos sus activos en operación, con el fin de garantizar un servicio de calidad y mayor disponibilidad.

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Hoy la compañía cuenta con 1.690 kilómetros de líneas en operación en todo el país, de las cuales 4 son subterráneas y están ubicadas en la zona industrial de Mamonal (Cartagena), una obra de una alta complejidad técnica y elevada inversión. Además, tiene 300 kilómetros de fibra óptica y 29 subestaciones –tres de ellas a 500kv–, 21 subestaciones entre 220 y 230kv y cinco subestaciones a 110 y 115 kv. Estos activos posicionan a Transmisión y al GEB como el segundo transmisor de energía eléctrica del país.

Para monitorear su buen funcionamiento, la compañía dispone de dos centros de control, uno principal y otro alterno, que se han convertido en los cerebros y los ojos de toda su infraestructura energética.

“Gracias a las nuevas tecnologías implementadas en los últimos años tenemos una disponibilidad del 99,95% de nuestros activos, un indicador que demuestra los altos estándares con los que operamos y la calidad del servicio”, dice Miguel Mejía, director de Operación y Mantenimiento del GEB. La disponibilidad es la cantidad de horas al año que está utilizable el servicio de energía.

Recientemente el GEB inauguró un centro de control alterno en Bogotá, que permite tener un respaldo y garantizar la operación de los activos a nivel nacional, en caso de que se presente alguna falla en el sistema. Cuenta con un equipo de última tecnología, destacándose un compensador estático variable (SVC), un dispositivo que ante una posible falla da un soporte inmediato de energía para que en los hogares no se sienta una baja en el voltaje –el SVC regula el flujo de potencia–.

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Iván Díaz, gerente de Operación, dice que entre los temas de innovación que ha implementado Transmisión para la operación de los activos se encuentra el uso de la realidad virtual, de la analítica de datos, inteligencia artificial y de drones, entre otros. Estos últimos permiten revisar el mantenimiento de las líneas de transmisión, lo que se ha traducido en mayor efectividad y menores costos, porque las inspecciones son más rápidas (se recorre un mayor terreno en menor tiempo), se disminuyen los riesgos eléctricos o de caídas desde alturas y se tienen datos más confiables.

Transmisión ha invertido, además, en la ampliación y modernización de las subestaciones que están 100% automatizadas, telecontroladas, supervisadas de manera remota, lo que permite un mejor monitoreo de los activos. Las subestaciones están diseñadas con todas las medidas de seguridad y con las normas colombianas e internacionales relacionadas a la emisión de campos electromagnéticos. Las subestaciones eléctricas de potencia se diseñan para que estén protegidas y si existen daños internos, no afecte a las personas que se encuentran alrededor de ella.

De las 29 subestaciones de Transmisión, siete tienen tecnología GIS encapsuladas en gas SF6, que es una molécula que permite aislar elementos eléctricos a distancias reducidas.

Estas y otras medidas y equipos tecnológicos han permitido no solo una mayor calidad y disponibilidad del servicio, sino que han repercutido favorablemente en el trabajo y la salud de quienes operan estos activos. La compañía lleva tres años consecutivos con cero fatalidades y cero accidentes incapacitantes desde octubre de 2019, lo que demuestra su compromiso con uno de los principales valores corporativos: ¡Primero la vida!