Línea al pasado:
Domingo, 01 de Marzo de 2020
Centenares de años después de que los primeros pobladores de lo que hoy es Colombia enterraron sus pertenencias y objetos sagrados, como parte de ritos para refrendar su identidad de grupo o para reconocer a sus ancestros, una iniciativa del Grupo Energía Bogotá en desarrollo de sus proyectos de transmisión busca rescatarlos, para conservar su memoria y su legado.
Se trata del programa ‘Arqueología preventiva’, que busca tener conocimiento de los procesos de ocupación prehispánica en los territorios por donde se construyen los proyectos, para identificar el potencial de diferentes áreas a lo largo del trazado y, al mismo tiempo, hacer posible el reencuentro con la historia y los ancestros.
El desarrollo de ‘Arqueología preventiva’ es un aspecto fundamental y obligatorio que el Grupo realiza en las diferentes regiones del país, como una obligación y compromiso inquebrantable con la Nación y las comunidades pertenecientes al área de influencia de nuestros proyectos. Estas investigaciones dan cuenta de los testimonios arqueológicos de los pueblos que habitaron cada una de las zonas, su adaptación a los diferentes ambientes y sus relaciones de intercambio, entre otros aspectos.
En el Grupo Energía Bogotá el programa se viene implementando desde el siglo pasado en los diferentes proyectos que ha construido. A la fecha se han encontrado más de 200 lugares de interés arqueológico; los más recientes fueron en desarrollo del proyecto Refuerzo Suroccidental, donde se hallaron 51 sitios donde estarían enterrados materiales de interés.
Pero, sin duda, uno de los hallazgos más importantes que hizo el Grupo fue durante el proceso de construcción del proyecto Armenia, donde, en 2015, se encontraron, en la vereda Volcanes, de Santa Rosa de Cabal (Risaralda), dos tumbas de cancel que son consideradas patrimonio histórico y arqueológico de la Nación.
Estas tumbas son estructuras elaboradas por indígenas prehispánicos con piedras del río Otún. Según estudios arqueológicos, eran utilizadas como estructuras funerarias y como lugares de ofrenda en los rituales de celebración de ese pueblo indígena.
Durante la construcción del proyecto, el equipo de arqueología del Grupo Energía Bogotá realizó análisis y estudios que definieron los impactos al patrimonio arqueológico en los lugares donde se realizaron las excavaciones para la construcción de las 78 torres que hacen parte de esta línea de transmisión.
Adicionalmente, el equipo trabajó a la par con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), para hacer el debido rescate y conservación de estas tumbas de cancel, que hoy se encuentran exhibidas en la alcaldía de Santa Rosa de Cabal.