La necesidad urgente de ejecutar el proyecto Refuerzo Suroccidental

Jueves, 13 de Mayo de 2021

Imagínese despertar un día y darse cuenta de que su celular no cargó porque se fue el servicio de energía eléctrica desde el día anterior y aún no llega. Por ello se levantó tarde y cuando fue a hacerse el desayuno, no tuvo cómo: la estufa es eléctrica. Ni un café para comenzar un día que desde la primera mañana no pinta de la mejor manera.

Este escenario hipotético, que no solo sería para usted sino para miles de familias de varias zonas de Colombia donde se requiere que llegue energía eléctrica desde otras zonas del país pues su capacidad de generación es poca y, por el contrario, su demanda es alta, se puede evitar con la ejecución rápida de los proyectos de transmisión de ese recurso.

Incluso, estos proyectos se requieren para que localidades como Sipí y Santa Genoveva de Docordó, en el Chocó, cuenten con energía eléctrica todo el día. Actualmente solo disponen del servicio unas cuantas horas, lo que no facilita una mejor calidad de vida.

Uno de esos proyectos que es clave para la seguridad y confiabilidad energética de Colombia es Refuerzo Suroccidental (RSO) a 500 kilovoltios, una iniciativa que, en 2015, fue encomendada por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) a Transmisión del Grupo Energía Bogotá. La compañía deberá construir el proyecto que conectará a Antioquia, Caldas, Risaralda y Valle del Cauca y llevará la energía eléctrica desde otras regiones del país hacía la región Suroccidental, que no tiene la capacidad de autoabastecimiento total.

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Esta región evidencia un crecimiento en la demanda de energía eléctrica. XM, operador del Sistema Interconectado Nacional y administrador del Mercado de Energía Mayorista, afirmó que en el departamento del Valle del Cauca la demanda de energía está cerca de los 445 GWh-mes y para lo corrido del 2021 ha sido de 1.033 GWh, es decir, 8% de la demanda nacional.

La senda de crecimiento del Valle del Cauca, por ejemplo, ha reflejado incremento en los últimos meses, a pesar de la pandemia. Se destaca el crecimiento del 5,4% en la región Sur, que incluye al Valle, Cauca, Nariño y Putumayo.

Otro dato que hace prever el crecimiento continuo de la demanda de energía es el aumento poblacional: según el DANE, solo el Valle del Cauca tendrá 4.622.132 habitantes en sus 42 municipios en 2023, es decir, unos 100 mil más que hoy.

También, afirma el DANE, las actividades económicas en ese departamento (industrias manufactureras con una participación del 15,2%, el comercio, reparación de vehículos automotores, transporte, alojamiento y servicios de comida con 17,9% y las actividades inmobiliarias, con 11,6 %), requieren para su desarrollo y crecimiento el servicio de energía eléctrica que se genera principalmente en plantas de Antioquia y Cundinamarca.

RSO, aseguró Rodrigo Hernández Ortiz, su gerente, es uno de los 11 proyectos de transmisión de energía eléctrica con los que busca robustecer el Sistema de Transmisión Nacional (STN), para no solamente llegar a más rincones en el país, sino también mejorar la calidad de vida de muchos hogares al tener un servicio más confiable y seguro.

“Fortalecer el STN garantiza que miles de ciudadanos sigan disfrutando de derechos fundamentales como la vida, la salud, y la integridad personal. Con el proyecto RSO se atenderá la demanda futura de energía de nuestra región, la cual podría enfrentarse a desabastecimiento en los próximos años”, afirmó Hernández Ortiz

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Refuerzo Suroccidental a 500 kV contempla el diseño, construcción, operación y mantenimiento de 426 kilómetros de líneas de transmisión que pasan por 36 municipios de Antioquia, Caldas, Risaralda y Valle del Cauca. Incluye la ampliación de las subestaciones Medellín, La Virginia, San Marcos y la construcción de la subestación Alférez a 500 kilovoltios. 

Por su extensión, el proyecto se dividió en tres tramos. El 1 y el 3 cuentan con licencia ambiental en firme, incluso, ya se encuentran en la fase constructiva. El segmento 2 (La Virginia – Alférez) no cuenta aún con esta autorización, pues a comienzos de año la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) dio por terminado el trámite, por considerar que no contaba con información suficiente para su pronunciamiento.

Esto no significa la negación de la licencia ambiental o que el proyecto sea inviable social o ambientalmente. Según el Decreto 1076 de 2015, Transmisión puede realizar un nuevo trámite para obtener las aprobaciones necesarias que permitan seguir desarrollando esta iniciativa clave para la seguridad y confiabilidad del servicio de energía eléctrica en el suroccidente del país.

Por ello, Transmisión se encuentra gestionando un nuevo trámite de licenciamiento ante la ANLA para este segmento del proyecto y está elaborando el nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que complementará y fortalecerá el estudio anterior. En esta etapa desarrolla procesos de participación con los diferentes actores sociales e institucionales de las unidades territoriales (municipios, corregimientos y/o veredas) vinculadas al área de influencia del proyecto.

“Estamos trabajando de la mano con las diferentes autoridades, comunidades y otros actores en el territorio para garantizar, a través de entornos de diálogo, que el desarrollo del EIA incluya todas las inquietudes de los interesados, las condiciones de nuestro territorio y las medidas de manejo apropiadas y efectivas para atender los impactos que se identifiquen. Estamos seguros de que el resultado del estudio garantizará que se pueda hacer una realidad esta línea de transmisión, lo cual traerá muy importantes beneficios para nuestra región, siempre apuntando al desarrollo sostenible de las comunidades.”, concluyó Hernández Ortiz