Proyectos que hacen historia

Jueves, 09 de Mayo de 2024

Sumario | El cuidado del patrimonio arqueológico en los territorios del país es una prioridad para Enlaza, y su legado es invaluable.

En el marco de la prospección arqueológica que realiza Enlaza dentro del trámite regular de la licencia ambiental y de los Programas de Arqueología Preventiva de sus proyectos, su equipo de especialistas recorre las áreas que va a intervenir y realiza pequeñas excavaciones que permiten caracterizarlas e identificar posibles evidencias arqueológicas para aprender sobre nuestro pasado.

Así, lo primero que hace la filial de transmisión del Grupo Energía Bogotá (GEB), antes de iniciar obras en sus proyectos, es identificar si las áreas donde se van a construir las torres pueden contener vestigios arqueológicos, mediante esta actividad que se denomina prospección arqueológica. En esta, se revisa cada área que será intervenida por la obra, a través de pequeñas pruebas de suelo. Estas pruebas permiten identificar si dichas áreas tuvieron ocupación en épocas pretéritas.

Luego, una de las fases arqueológicas posteriores que la compañía ejecuta antes de la construcción de sus infraestructuras de transmisión eléctrica, es el rescate arqueológico, que realiza en las áreas donde se identificó un alto potencial arqueológico. Allí, se ejecutan acciones para recuperar todos los elementos e información posibles antes de iniciar las obras civiles.

En esta etapa, profesionales en arqueología realizan una excavación manual, registrando detalladamente el proceso, midiendo las profundidades de los elementos que se van encontrando, realizando dibujos especializados y llevando un estricto registro documental y fotográfico. Para la arqueología, el proceso de excavación es casi igual de importante que los mismos hallazgos obtenidos.

“Y finalmente, cuando tenemos hallazgos, analizamos todos los materiales, recuperamos toda la información y generamos un análisis de qué tipo de elementos consideramos que pudimos haber encontrado, para hacer el informe de actividades que debemos presentar al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH); pero, además, para dejar ese legado en cada región donde hacemos presencia con nuestros valiosos hallazgos arqueológicos, en museos, colegios o centros administrativos adecuados para ello”, anota Juliana Gómez, líder de Arqueología de Enlaza.

Hallazgos arqueológicos

Proyecto Sogamoso

En el tramo 5 del proyecto Sogamoso, durante el año 2023, la empresa pudo identificar dos sitios arqueológicos muy interesantes. Uno de ellos se encuentra en el municipio de Nemocón, en el área cercana a la zona arqueológica protegida de Mogua, y el segundo está en el municipio de Suesca, ambos ubicados en el departamento de Cundinamarca.

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Los hallazgos indican que estos sitios estuvieron habitados desde épocas prehispánicas, alrededor del año 700 después de Cristo, durante la época Colonial y hasta el período Republicano, que data de principios del siglo XX. Es decir, se tienen evidencias de que estos lugares fueron habitados por más de 1.200 años.

Ambas zonas se encuentran en puntos elevados, lo que sugiere que las personas que vivieron allí preferían áreas que difícilmente se inundaran, para construir sus viviendas; por lo cual es posible ver que esta tradición perduró hasta tiempos muy recientes, como lo muestran las costumbres campesinas actuales.

En estos lugares con cerámica prehispánica, Enlaza también encontró evidencia de muros de adobe de una casa. En algunas zonas del altiplano cundiboyacense, todavía se utilizan -hoy en día- este tipo de estructuras.

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Proyecto Refuerzo Suroccidental

En la regional Suroccidental de Enlaza se han efectuado hallazgos arqueológicos de suma importancia para la cuenca media del río Cauca; la segunda más importante del país, utilizada como corredor natural por los primeros seres humanos que habitaron el occidente colombiano. Las actividades del componente de arqueología del Proyecto Refuerzo Suroccidental a 500 kV, que recorre unos 426 kilómetros (km.) en sus tres tramos, han permitido recuperar aproximadamente 40.000 elementos arqueológicos con materiales tan antiguos que datan del año 1500 antes de Cristo.

 

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En el año 2022, en uno de los puntos de torre que tiene la empresa en el municipio de Palmira, se estableció como medida de manejo la ejecución de un rescate arqueológico antes de la construcción. Estas excavaciones manuales controladas permitieron a los especialistas identificar una alteración en el suelo que llamó su atención, ya que podía indicar la presencia de una tumba del período prehispánico.

Una vez registrada en detalle la alteración encontrada, se continuó cuidadosamente con la excavación, que fue develando poco a poco lo que parecían ser los restos de un esqueleto. “Y en efecto, se realizó el hallazgo del enterramiento de un individuo con ajuar sencillo, es decir, con una pequeña ofrenda compuesta por un cuenco pequeño o plato de cerámica.

Luego de realizar el cuidadoso levantamiento, los restos óseos y demás elementos fueron llevados a un laboratorio especializado, para hacerles pruebas que permitieran recuperar más información.

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Aunque los restos presentaban un muy mal estado de conservación, debido a las condiciones del terreno y a que posiblemente fueron afectados por las actividades propias de los cultivos de caña de azúcar, se pudo establecer que pertenecían a un individuo de sexo masculino, que murió cuando tenía entre 17 y 20 años. Además, gracias a pruebas de Carbono 14 realizadas en muestras dentales, fue posible determinar con certeza que este joven vivió entre los años 545 y 642 después de Cristo, en tiempos que se conocen como el período Sonso -Bolo Tardío

En conjunto con la datación o información puntual de tiempos y momentos obtenida, se realizaron análisis adicionales (isótopos estables de Carbono 13 y Nitrógeno 15), que permitieron concluir a los arqueólogos que el joven hallado tenía una dieta rica en maíz y proteínas de origen animal.

Se realizaron también estudios a una cerámica encontrada en la tumba, descubriendo que todos los materiales necesarios para fabricar estas ollas de barro, como arcillas y minerales, fueron obtenidos localmente, en las zonas donde el río Cauca deja sedimentos.

Y finalmente, al realizar un análisis de fitolitos (cristales de sílice provenientes de las plantas) del cuenco asociado a la tumba, se identificaron dos tipos de palmas, que revelan que el joven vivía en un paisaje rico en palmas, muy diferente al monocultivo de caña de azúcar que predomina hoy en el Valle del Cauca.