Con energía se construye la paz

Lunes, 13 de Julio de 2020

En el proyecto Tesalia-Alférez nuestros colaboradores implementan estrategias para fortalecer el tejido social de las comunidades.

En el sur del Tolima, en la región donde nació, a mediados del siglo XX, la extinta guerrilla de las Farc, el Grupo Energía Bogotá desarrolla el programa ‘Energía para la paz’, que a través de 7 componentes busca ayudar a cambiar la vida de sus habitantes. Ya lo está logrando.

Herrera, un corregimiento en lo profundo de Rioblanco (Tolima), habrá de recordar por siempre el 5 de noviembre de 2018.

Ese día, un grupo de mujeres emprendedoras y otro de adolescentes y jóvenes realizaron una marcha contra la violencia de género en ese territorio, donde empieza a nacer el imponente Páramo del Meridano.

Las cerca de 150 personas que caminaron por las no más de 13 calles del pueblo y culminaron con una concentración en el parque principal, marcaron la historia de la región no solo por ser la primera manifestación de ese tipo, sino porque rompieron el temor a expresarse en favor de un trato más digno a la mujer en una zona que hasta unos años vivió, como no pocas del país, la violencia terrorista y todo lo que esto trae consigo: fue la cuna, por los años 50, de la desaparecida guerrilla de las Farc.

Gracias a las herramientas de capacitación en habilidades para la paz que entregó el GEB, las mujeres de Herrera organizaron la marcha contra la violencia de género, que ya tiene dos ediciones.

Gracias a las herramientas de capacitación en habilidades para la paz que entregó el GEB, las mujeres de Herrera organizaron la marcha contra la violencia de género, que ya tiene dos ediciones.

“Es que acá, en Herrera, estamos construyendo paz; este ha sido un gran paso que dimos apoyados por el Grupo Energía Bogotá, que nos dio herramientas para que empecemos a superar de la mejor forma nuestras diferencias y que desde el hogar y el día a día, trabajemos por un pueblo y una región donde todos quepamos y vivamos bien, tranquilos, dejando atrás la marca que hemos tenido”, asegura, con dicción y maneras de líder, Alixe Ulcue Albarracín.

Ella, una menuda mujer de ascendencia indígena nacida hace 32 años en una casa de Herrera, es la secretaria de la Asociación de Mujeres Empresarias de Herrera Tolima (Asometh), la organización que junto a Herrera Juvenil, un grupo de adolescentes y adultos muy jóvenes de la localidad, organizó la marcha en favor de los derechos de la mujer.

Gracias a las herramientas de capacitación en habilidades para la paz que entregó el GEB, las mujeres de Herrera organizaron la marcha contra la violencia de género, que ya tiene dos ediciones.

Gracias a las herramientas de capacitación en habilidades para la paz que entregó el GEB, las mujeres de Herrera organizaron la marcha contra la violencia de género, que ya tiene dos ediciones.

A las razones que se iban acumulando diariamente para hacer esa manifestación en un corregimiento “que es bastante machista”, recuerda Katerine Escobar Ángel, de 19 años y líder de Herrera Juvenil, se sumaron entonces tres feminicidios. En medio de esa coyuntura difícil, los líderes de las dos organizaciones se reunieron y coordinaron la marcha que, pese a todos los pronósticos, fue un éxito.

Desde comienzos de ese año, agrega esta joven, el Grupo Energía Bogotá empezó a capacitar y formar a integrantes de las organizaciones del municipio en habilidades para la paz con una serie de talleres y actividades, para que ellos sean gestores de convivencia sana, conozcan estrategias para el manejo de conflictos y se reconstruya y fortalezca el tejido social.

Esos conocimientos, añade Alixe, se empezaron a multiplicar por Herrera y por toda la región con charlas grupales y una estrategia clave en estos territorios lejanos, el voz a voz.

“Para esa época, gracias a las ideas y herramientas de esas formaciones, implementamos el violentómetro, una especie de termómetro lúdico que nos dice como está la violencia contra la mujer en Herrera; por supuesto, estaba en rojo por todo lo que pasaba, incluso hubo unos hombres que les prohibieron a sus parejas participar en la primera marcha -apunta Katerine-. Con este trabajo y el apoyo del Grupo Energía Bogotá, todo ha ido cambiando y ya en la segunda marcha, en noviembre pasado, participó más gente, incluso señores que estaban bravos con la primera actividad. Ahora el violentómetro está en rosado y el clima es mucho mejor”.

Para el GEB, el desarrollo de las comunidades es el mejor retorno a la inversión y para ello implementa programas como ‘Energía para la paz’.

Para el GEB, el desarrollo de las comunidades es el mejor retorno a la inversión y para ello implementa programas como ‘Energía para la paz’.

‘Habilidades para la paz’ es uno de los siete componentes del programa ‘Energía para la paz’, que el Grupo Energía Bogotá desarrolla, inicialmente, desde hace tres años en esta zona donde tiene influencia su proyecto Tesalia-Alférez. También están ‘Energía que construye mi futuro’, ‘Mi municipio activo en paz’, ‘Desminado militar’ -en convenio con el Ejército Nacional-, ‘Desminado humanitario’, ‘Bosques de paz’ y ‘Empleo para la paz’.

El proyecto Tesalia-Alférez es una obra de ingeniería que enlazará los departamentos de Huila, Tolima y Valle del Cauca al Sistema de Interconexión Eléctrica (SIN), para fortalecer la transmisión de energía y así abastecer la creciente demanda de la región. Contempla, entre otros, la ampliación de las subestaciones Alférez, en el Valle del Cauca, y Altamira, en el Huila, y la construcción de la subestación Tesalia -también en ese departamento-, y de 251 kilómetros de líneas de transmisión de alta tensión de energía eléctrica, en los cuales se instalarán 518 torres.

Aldemar Garay Garay, gerente del proyecto, explica que ‘Energía para la paz’ beneficia directamente a comunidades que padecieron el conflicto en esos tres departamentos con proyectos de desarrollo y otras iniciativas de fortalecimiento de los tejidos social e institucional, ayudando a construir la paz que requieren, para una mejor convivencia y generar progreso.

“Uno de los principales atributos culturales de nuestra compañía es la ‘Conciencia social’, por eso a donde llegamos, llega el progreso a través de iniciativas sociales y proyectos de valor compartido: para el Grupo Energía Bogotá el mejor retorno de la inversión es el desarrollo de las comunidades”, subraya Garay.

‘Habilidades para la paz’ ha capacitado directamente a 80 líderes sociales y docentes -entre ellos Alixe y Katerine-, quienes han multiplicado a más de 1.500 personas esos conocimientos. La meta es formar a 715 dirigentes comunitarios para impactar directamente en cerca de 14.500 personas.

Con ‘Energía para la paz’, la comunidad Nasa Las Mercedes, en Herrera, pudo hacer realidad su sueño de tener una maloka.

Con ‘Energía para la paz’, la comunidad Nasa Las Mercedes, en Herrera, pudo hacer realidad su sueño de tener una maloka.

La maloka en la ‘casa grande’

A una hora y media de camino de Herrera, buscando el Páramo del Meridiano por una carretera que nunca se ha terminado de hacer, está el resguardo indígena Nasa Las Mercedes, donde están 65 familias que empezaron a llegar allí desde otras regiones del país, principalmente el Valle del Cauca, hace unos 40 años.

Al Páramo, o we’pe wala (‘casa grande’ en Nasa), y a la comunidad del resguardo -los mejores guardianes ambientales que puede tener este espectacular lugar- también llega ‘Energía para la paz’.

Resguardo Indígena Las Mercedes

Hermelinda Guayoindo, secretaria del resguardo, afirma que con la llegada al territorio del Grupo Energía Bogotá encontraron un aliado en quien confiar. “Esta compañía ha sido muy respetuosa con nosotros y con la we’pe wala. Nos consulta para hacer sus trabajos y nos está apoyando en varias iniciativas, por ejemplo, hicieron desminado militar para que podamos caminar tranquilos, nos apoyaron con la construcción de la maloka del resguardo y está implementando con unos compañeros ‘Bosques de paz’”, cuenta afirmando sus palabras en la tierra ocre con el bastón de mando.

El ex gobernador del resguardo Oliver Tombé, esposo de Hermelinda, es quien precisamente lidera este último componente, que busca integrar la conservación de la espléndida biodiversidad de la zona con los proyectos productivos que tienen las comunidades organizadas. Para el caso de los Nasa, sembrados de café, arracacha, yuca y maíz, todo, afirma, con semillas nativas, que son las que “no tienen químicos”.

Este componente de ‘Energía para la paz’ tiene como meta la rehabilitación ecológica de 45,8 hectáreas y el establecimiento de 7 hectáreas en sistemas productivos sostenibles.

“La zona de Herrera, que por muchos años padeció el conflicto armado y que puso muchas víctimas, está renaciendo y dando camino hacia la paz. Para ello estamos desarrollando acá y en la región todos los componentes de ‘Energía para la paz’”, apunta Garay.

Por ejemplo, además de ‘Habilidades para la paz’, en Herrera se implementa ‘Energía que construye mi futuro’, con el que se edificaron la maloka, placahuellas y salones comunales, entre muchas obras de infraestructura; también desminado militar (en toda la región se despejaron 173 kilómetros de mina antipersonal) y ‘Empleo para la paz’, que ha vinculado a trabajos en el proyecto a 610 personas de los 11 municipios y 87 veredas del área de influencia.

“Estamos ayudando a transformar la vida de muchas comunidades; buscamos que progresen y para ello es indispensable que tengan paz -subraya Aldemar Garay-; ese es, insisto, el mejor retorno a las inversiones que hace el Grupo. Queremos que ‘Energía para la paz’ se convierta en un ejemplo para mostrar cómo desde el sector público-privado se puede generar un relacionamiento genuino con las comunidades”.