Llegaron las ‘Mascotas Enlaza’, en busca de protección
Jueves, 06 de Febrero de 2025
Desde finales del año pasado, la filial de transmisión del Grupo Energía Bogotá (GEB), Enlaza, presentó al país un novedoso programa diseñado para generar conciencia en torno a la urgencia de proteger especies emblemáticas que habitan los territorios de las regiones cercanas al desarrollo de sus proyectos.
Con ese objetivo nació ‘Mascotas Enlaza’, que explora en detalle las características y comportamientos de seis especies que habitan las regiones en las cuales la empresa de transmisión de energía eléctrica del Grupo realiza sus actividades.
La constante para elegir en particular este grupo de especies tiene que ver con que todas están amenazadas e incluso, un gran porcentaje de ellas figura en la categoría de riesgo alto de vulnerabilidad. Pero, además, que son especies clave en sus ecosistemas y orgullo dentro de cada región en la que habitan, que son las mismas por donde pasan las líneas de transmisión de energía eléctrica de Enlaza. Con ese criterio, la campaña destaca y presenta en detalle, al Cardenal guajiro; al Flamenco rosado; al Oso andino; a la Danta de páramo; al Mono nocturno, y al Tigrillo lanudo, a través de personajes animados tan colombianos como cada uno de ellos.
Mediante este programa, Enlaza busca sensibilizar sobre la vulnerabilidad de las especies en el territorio y promover su conservación mediante el conocimiento profundo de su rol en los ecosistemas, ya que la mayoría de ellas se encuentra en situación de riesgo alto por factores como la caza y la pérdida de su hábitat, entre otros.
El programa reafirma el interés de la empresa por aportar a la preservación de estas especies y a la sana convivencia de su infraestructura con el entorno que la rodea. La familia de ‘Mascotas Enlaza’ está compuesta por:
Gabo, el Cardenal guajiro, es una especie endémica del departamento, que habita sus cardonales; un ave de apenas 19 centímetros, con expectativa de vida de cinco a 15 años, y que por sus condiciones autóctonas tiene requerimientos de hábitat específicos, vinculados a necesidades muy particulares de lo que necesita para vivir, relacionadas con la cultura. Desde historias ancestrales de las comunidades indígenas, sobre su color rojo teñido otorgado por la laguna Wotkasainru en la alta guajira.
Lamentablemente en el año 2017 ingresó a la categoría de Vulnerabilidad, en el listado de las especies silvestres amenazadas de la diversidad biológica colombiana, principalmente por ser susceptible a la captura para el tráfico ilegal de fauna silvestre.
Rosalía, la flamenca rosada, es una especie insignia de la región norte del país, el flamenco rosado del caribe que es un ave de gran tamaño, con una altura hasta de un metro y medio, que puede vivir más de 40 años. Es una especie que le gusta viajar a los lugares donde tiene mayor oferta de alimento y tranquilidad, por lo que migra desde Venezuela hasta los humedales marino – costeros en Colombia, donde disfruta de humedales poco profundos y con mucho alimento. Prefiere volar en horas de oscuridad para optimizar su esfuerzo de migración, y durante el día prefiere pasar las horas comiendo y vocalizando con sus amigos flamencos. La especie en Colombia padece el tráfico ilegal y altos niveles de perturbación, por lo que -desde 2017- figura en la categoría En Peligro, lo que demuestra la difícil situación que vive en el territorio nacional, por las pocas áreas a donde ahora puede llegar, y el estado de conservación de las mismas.
El Profe Andi, oso andino también conocido como oso de anteojos; único oso verdadero que vive en América del Sur, en la cordillera de los Andes. En Colombia lo encontramos principalmente en la cordillera central y su huella dactilar son las manchas en su cara, que son únicas para cada individuo. Pesa hasta 180 kilogramos y llega a medir dos metros. Es un animal diurno, que descansa en la noche -de 7 p.m. a 4 a.m.-, y construye nidos en los árboles o el piso. Se alimenta principalmente de frutas de muchas especies, aunque en su dieta también incluye insectos, pájaros y mamíferos pequeños. Incluso tiende a cazar crías de ganado ya que, debido a la disminución de su hábitat, por ganadería, agricultura y deforestación, así como la disminución de sus presas naturales, se ha visto obligado a atacar presas fáciles como los terneros y esto ha provocado llegar a ser atacado e incluso cazado por la comunidad, en conflictos oso-ganado. Es solitario, algo asustadizo a pesar de su tamaño, posiblemente debido a la histórica caza de la que ha sido presa. Actualmente es una especie que goza de reconocimiento internacional y se está convirtiendo en una de las especies objetivo para el turismo de naturaleza y científico en el país. En Colombia, solo el 23% de su hábitat está protegido.
La Abuela Danta, la danta de páramo. Esta danta es la más pequeña de las cinco especies de dantas en el mundo y es la única que vive en las montañas. Habita en la cordillera de los Andes, desde los 2.000 hasta los 4.000 msnm, en Colombia, Ecuador y Perú. Pesa hasta 260 kilogramos y alcanza a medir 90 cm. Tiene cuatro dedos en las manos y tres dedos en las patas. Esta especie históricamente ha sido cazada por su carne, para la alimentación, sobre todo por comunidades indígenas; es tímida y pasiva, algo amigable, lo que la hace presa fácil incluso para los ataques de perros ferales.
Coco, el mono nocturno. Conocido como el mono nocturno de cara clara, por su máscara facial blanca. Es endémica de Colombia, pero se extiende desde Venezuela hasta Ecuador. Este pequeño primate, que pesa entre 800 g. y 1,5 kg., tiene pelaje esponjoso de color marrón o gris y cola larga gruesa. Su cuerpo ágil y compacto les permite moverse con destreza en su hábitat natural; en el día duerme y en la noche sale a comer y hacer sus actividades. Sus grandes ojos redondos están bien adaptados para la visión nocturna. Y su dieta es variada, incluyendo frutas, hojas, insectos y néctar, lo que refleja su papel importante en el ecosistema, como dispersores de semillas y polinizadores.
Luna, la tigrilla lanuda. Este pequeño felino habita desde los 600 hasta los 4.300 msnm. Conocido como gato de monte, porque es del tamaño de un gato doméstico, pesa entre 4 y 6 kg., y es bastante territorial, una especie fascinante, ágil e independiente. Famoso por su carácter evasivo y su inteligencia, lo que además le ha permitido sobrevivir a las amenazas que tiene en los bosques, como son los perros ferales y la pérdida de hábitat. Su comportamiento solitario y juguetón lo distingue entre los felinos, lo que también refleja su adaptabilidad a los cambios en su entorno. Catalogado como especie sombrilla, porque además de ser muy exigente desempeña un papel crucial en su ecosistema, manteniendo el equilibrio de las poblaciones de presas. Su dieta carnívora es bastante variada, lo que le permite aprovechar diferentes fuentes de alimento y ser más adaptable a los cambios en su entorno. A pesar de ser el felino más pequeño, tiene un rango de acción de hasta 17 km². Prefiere áreas húmedas, como pantanos y bosques tropicales, aunque su adaptabilidad le permite sobrevivir en diferentes tipos de hábitats. Sin embargo, su estado de vulnerabilidad (VU) resalta la importancia de conservar su entorno para asegurar su supervivencia en el futuro.